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sábado, 26 de marzo de 2011

Cuando vuelo me olvido




Con mis dos alas abiertas suelo admirar la belleza
logro abolir la tristeza abriendo todas las puertas,
mis poesías son ciertas y puedo abrirme a los sueños,
despertando los ensueños que duermen en mi cabeza.

Suelo rondar las estrellas que adornan el firmamento,
y me olvido del lamento, del dolor y las querellas,
de las miserias aquellas, que con los pies en la tierra,
odio, mezquindad y guerra, se siente a cada momento.

Puedo escribirle a la rosa, al amor y a la ternura,
puedo sentir la premura, de una pasión bien fogosa,
y hasta la piel que me rosa, tiene un sabor diferente,
sintiéndome transparente ante la misma cordura.

Abriendo mis alas siento, que vivir es poesía,
vuelo en una fantasía, de primorosos colores,
hasta siento los sabores de la miel y de la fresa,
y mis grises en turquesa, ocultan la hipocresía.

Mas cuando pliego mis alas, cierro las puertas del alma,
porque no encuentro la calma con tantas visiones malas,
ya no corren los impalas, ya quedan pocas ballenas
y las tierras están llenas de humanidades sin alma.

El hombre y su inteligencia, pudo crear armonía
como una sinfonía, como un poema a conciencia,
sin tomarse la licencia de destruir la belleza
de tanta naturaleza que a sus anchas disponía…

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