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jueves, 13 de enero de 2011

Momentos



Cuando llegue la alborada
tal vez hagamos promesas,
de vernos por esas mesas,
donde atrapé tu mirada.

Donde una copa de vino
cumplió con el protocolo,
yo no quería estar solo
tú ansiabas un desatino.

La magia de las almohadas,
nos elevará hasta el cielo
y como lobos en celo,
danzaremos con las hadas.

Más, cuando acabe la noche,
ni bien te pongas la ropa,
verás vacía la copa,
que bebimos con derroche.

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