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lunes, 10 de enero de 2011

ARREBATOS


Embriágame con tu boca, que no se apague la hoguera,
juguemos en la rivera de esta tormenta que aloca,
éxtasis que desemboca, entre pasión y martirio,
amor lujuria y delirio, en la más dulce quimera.

Beberé de tu humedal, me enredaré en tus cabellos
recorreré los más bellos laberintos de miel y sal,
retozaré sobre el rosal, sobre tus tiernos helechos,
descubriendo de tus pechos los mas sublimes destellos.

De tu cáliz he de beber, acunándome en tu vientre,
que a cada instante te encuentre, dispuesta a hacerme saber,
que puedes hasta enloquecer, cuando acaricio tu espalda,
que debajo de tu falda, te he de hacer falta, por siempre.

Quiero de ti esa locura, que te arrebata y te envuelve,
esa locura que vuelve y vuelve sin darme tregua,
la locura que no mengua, que me lleva al paraíso,
hasta el momento preciso que el mundo se nos disuelve.

¿Qué mas yo puedo pedirte, que tú ya no me hayas dado?
¿Qué sigas así a mi lado, hasta que decidas irte?
Jamás podré yo pedirte, que te quedes para siempre,
Aunque con cada diciembre, por un enero he rezado.

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