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viernes, 4 de marzo de 2011

Dueto con Nefertiti



Tu boca enciende la hoguera,
que me devora por dentro,
te has convertido en el centro
de mi eterna primavera.

Tu lengua recorre a prisa
el caudal salado de mi entrepierna,
y con miradas tiernas
pretendo tu cuerpo, que me esclaviza.


Yo bebo el clavel de fuego
con sed y ardiente premura,
tu boca con ansia pura,
busca el fruto de éste juego.

Y entre veletas y devaneos
fulguro en tu piel hermosa,
más, no soy nunca presurosa
para saciar mis deseos...

Dame a beber de tu pecho
mientras tu vientre me anida,
demoremos la embestida,
transpiremos nuestro lecho...

Y asi saciemos el instinto
en este atardecer candente,
que yo, como flor de jacinto
me abriré para tí... Eternamente.

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