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lunes, 11 de octubre de 2010

Una gota de rocío




Nubes negras a lo lejos, anuncian que habrá tormenta, agua y viento, viento y agua, que acabarán en el mar, al sediento saciará, a muchos molestará, muchos sacudirán su molesta mojadura, que pronto se escurrirá por las rendijas del tiempo.
Una gota de rocío tiene mucho que contar, quizás estuvo en el mar, o fue parte de la nieve, que brilló allá en la cima de una de esas montañas, una gota de sudor, una lágrima o fue sangre, o fue parte de esos témpanos que flotan en el mar, quizás de una nube blanca como el mas puro algodón.
Quizás fue parte de aquel amanecer de colores que el sol pintó con su luz, allá en el horizonte, tal vez fue parte de aquellas inundaciones malditas, que mezcladas con el polvo de tu ayer se volvió barro, y destrozó aquella villa llenando todo de lodo, quizás estuvo en tu boca cuando saciaste tu sed, quizás hasta fue bebida por un brioso colibrí.
Esa gota de rocío tiene mucho que contar.
El hombre con su arrogancia se siente un ser diferente, está hecho a semejanza de ese Dios que lo creó, no siente que es parte misma de la esencia de la vida, ni tampoco que camina sobre el polvo de su ayer.
Los seres se desintegran como las hojas resecas, y vuelven a formar parte de otra masa de ser vivo, un guijarro pequeñito de una montaña de arena, en un ayer muy lejano fue parte de una montaña, de una roca, de algún coral, o alguna esquirla molida de un esqueleto cualquiera.
El alma tal vez exista y se disuelva también, quizás se convierta en aire, en colores, en aromas, tal vez en la misma música que solemos escuchar, quizás se disuelva en agua y podamos ser el zumo, de aquella fruta madura que nos gusta saborear.
Que me perdonen aquellos que esperan llegar al cielo, la vida es acá en la tierra, como una gota en el mar, se mezcla al evaporarse con millones de gotitas y cae como la lluvia formando parte del mar.

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